El pasado miércoles 29 de febrero tuvo lugar una multitudinaria y polémica manifestación en el centro de Barcelona contra las modificaciones que está sufriendo la universidad pública. Pese a tildarlos de "recortes necesarios", se trata de un evidente cambio de modelo. Se está sirviendo en bandeja a las empresas privadas, que primarán la rentabilidad a la educación.
- Se organizaron acciones en la UB, en la Pompeu y en la UAB. - - - Este artículo es una breve crónica sobre cómo estaba la noche anterior la Facultad de Letras de la UAB.
Iremos publicando otras crónicas sobre algunos momentos de la manifestación del día siguiente.
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Los muros estaban llenos de carteles que servían de
tablón de anuncio de las actividades
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Jordi bajaba las escaleras quejumbrosamente. Después de las clases, se había pasado la tarde de asamblea en asamblea: primero, una general; después, la de movilizaciones, encargada de coordinar las acciones que se harían el día siguiente, y, finalmente, la de su facultad. Era capital que todo el mundo supiese al dedillo qué tenía que hacer el día siguiente.
Iba a buscar a un amigo que llegaba en el último ferrocarril y, como bien supuso Jordi, no sabía cómo encontrar la Facultad de Letras.
Ésta estaba totalmente tomada por los estudiantes: dentro, apenas se podía caminar. El suelo estaba cubierto de proyectos de pancartas que los estudiantes se apresuraban en pintar y en reforzar con cartones.
Fuera, los fumadores, enfundados en sus chaquetas y jerséis, aspiraban el humo de su tabaco de liar mientras charlaban. Observaban cómo iban llegando contenedores y vallas que se amontonaban en la entrada y que servirían, el día siguiente, para bloquear todo lo que hiciese falta.
A medida que la noche avanzaba se iba vaciando el vestíbulo de sacos de dormir y se hacinaban en las tarimas de las aulas. Ahí dormían en fila todos los que, el día siguiente, se despertarían a las seis de la mañana para paralizar la actividad de la facultad.
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